Achille Castiglioni es un nombre que resuena en mi memoria (y en la de muchos diseñadores) desde los tiempos de estudiante de la disciplina, continuamente hemos visto gran parte de sus productos pulular por las hojas de apuntes, libros y exposiciones. Castiglioni es un referente, y más en Italia: Arquitecto, interiorista, diseñador industrial, fundador de la Asociación por el Diseño Industrial (ADI) y docente por más de 20 años en los Politécnicos de Turín y Milán, influenciando a estudiantes como Pietro Lissoni o Patricia Urquiola.
En Milán, en un elegante edificio Situado junto al Castillo Sforzesco, una de las zonas más hermosas y visitadas, se encuentra la sede de La fundación Achille Castiglioni. Varias veces por semana se organizan tours guiados en Inglés e Italiano por el hermoso Estudio-Museo donde Achille paso gran parte de los últimos años de su vida.
La visita es un recorrido por las estancias a través de sus objetos y obras, de la mano de personas muy cercanas al autor, bien su hija Antonella, o algunos de sus estrechas colaboradoras de los últimos años. La visita resulta muy agradable incluso para quien es ajeno al diseño (como pude comprobar en la piel de mi hermana), pues consiste en la narración del intríngulis de muchos proyectos, desde su relación con otros objetos existentes, y mediante anécdotas relativas a su familia.
Achille obtenía inspiración de todo tipo de objetos, un vaso plegable podía ser una lámpara, o como en el caso de la Lampadina de 1971 de la imagen, el rollo de un film daba la pista para una base en torno a la que recoger el cable. La Lampadina es: una base donde se enrolla el cable, un portalámparas y una bombilla, sin más.
Un asiento de remo, según nos cuentan, fue el origen del asiento de jardín Allunaggio (Alunizaje) de 1966, Allunaggio es respetuoso con el jardín gracias a la superficie aumentada de sus patas, y a proyectar una sombra difusa, que no quita luz al césped.
El famoso taburete Mezzadro diseñado en 1957 se componía de dos piezas de tractor: el asiento y una ‘V’ metálica, a los que un trozo de madera proporcionaba estabilidad. Curiosamente, al revés de lo que siempre había pensado, el origen conceptual de esta pieza tuvo más que ver con la practicidad y el ahorro (aunque la madera parece innecesariamente torneada),que con una intención provocadora como era mi impresión antes.
El peculiar taburete Sella consistía de dos piezas provenientes del mundo ciclista, el asiento y el tubo (rosa en honor a la maglia rosa del Giro de Italia) unidos a un tentetieso. Su curiosa razón de ser era la de proporcionar un descanso mientras se utilizaban los teléfonos colgados en la pared de los años 50, pero que dicho descanso no fuese lo suficientemente confortable para que su hija hablase durante largo rato 😉
En el estudio también está la primera unidad de la lámpara Arco de 1962, una lámpara más interesante que muchos de los clones que de ella se producen, pues posee un cabezal orientable que permite guiar la luz, el brazo es un perfil en «u» extremadamente sencillo, y la base en mármol posee un agujero para que pueda ser transportada. Curiosamente la base es de mármol, porque en esa época en Italia resultaba un material muy económico con el que proporcionar peso.
Personalmente, a través de mis borrosas gafas del desconocimiento, siempre había visto a Castiglioni como una especie de excéntrico diseñador empeñado en llamar la atención a través de la combinación de materiales y piezas un tanto anárquicas, pero he de decir que tras introducirme someramente en su obra, Achille tenía un acercamiento al diseño de objetos muy interesante, que les confería ese aspecto tan único y característico, a saber:
- Buscaba solucionar siempre un problema determinado, no parecía realizar simples desarrollos de búsqueda formal.
- Para ello se inspiraba en todas aquellas cosas cotidianas de las que podía extrapolar soluciones a sus problemas.
- Utilizaba siempre que podía elementos «off-the-shelf», elementos que ya existían y a los que le daba un nuevo uso.
- Y en muchas ocasiones estaba orientado por una contención económica en la producción.
No siempre era el caso, hay piezas que cumplían diversas premisas más comerciales, y encargos específicos, pero es verdad que algunos de los diseños más icónicos se ajustaban a estas características. Características que, vistas 50 años después resultan muy trasladables al momento presente.
En el Studio-museo Hay muchos objetos, proyectos y curiosidades más que te invito a descubrir, pues La visita a «la casa del maestro» es una de las mejores experiencias que he podido tener en Milán y que recomiendo a todo aquel visitante interesado por el diseño o no.
Imágenes amablemente cedidas en su mayor parte por la fundación Achille Castiglioni.
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